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Brenda

“Los tratamientos con plasma me han dado la libertad de vivir mi vida”. Cita de Brenda, que recibió un tratamiento con plasma.

Gracias a el tratamiento derivado del plasma, tengo una gran vida y puedo seguir haciendo las cosas que amo. Sin el tratamiento, probablemente ahora estaría en una silla de ruedas o usando un andador.

Estaba aterrada

Mis síntomas aparecieron muy lentamente, con debilidad en las piernas, calambres y espasmos musculares, pero no me afectaban mucho, así que pensé que podía esperar a que se me pasara. Pero las cosas empeoraron y, finalmente, sentía que luchaba contra lodo cada vez que caminaba. Finalmente consulté con mi médico y me envió con un neurólogo.

Después de una multitud de pruebas, me dijeron que todo apuntaba a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), lo cual me aterrorizaba porque causa parálisis y puede provocar la muerte en pocos años. Recuerdo ir manejando a mi casa en un hermoso día soleado, y lo único que podía pensar era: “Dios mío, ¿podré ver crecer a mis hijos? ¿Van a heredar la ELA?” Me recetaron un medicamento, pero el médico me dijo que no lo tomara hasta que me hiciera unas pruebas genéticas. Descubrimos que no tenía el gen de ELA, así que intentamos algo diferente: el tratamiento con plasma.

Llegué a mi punto de inflexión

Uno de mis síntomas era el “pie caído”, lo que básicamente significa que tenía dificultad para levantar la parte delantera del pie. Trataba de levantarlo, pero mi pie caía con fuerza. Un día, después de recibir el tratamiento con plasma, iba caminando detrás de mi esposo mientras hacíamos las compras. Se volteó hacia mí y me dijo: “No te oigo caminar. Tu pie no está golpeando el suelo como lo hace normalmente”. En ese momento, nos dimos cuenta de que mi cuerpo estaba respondiendo a el tratamiento con plasma. El hecho de que el tratamiento estuvieran funcionando llevó a mi médico al diagnóstico correcto. Tenía una rara enfermedad neurológica llamada neuropatía motora multifocal.

El tratamiento con plasma cambió mi mundo

El tratamiento con plasma ha ayudado a que mi cuerpo deje de atacarse a sí mismo y algunos de mis nervios incluso se han recuperado. No puedo hacer todo lo que hacía antes, pero el tratamiento me ha dado la libertad de vivir mi vida, ver hacia el futuro y saber que todo va a estar bien.

Brenda riding on a motor scooter

“Si no estuviera recibiendo el tratamiento, probablemente ahora estaría en una silla de ruedas o utilizando un andador”. 

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