Ariana

Si mi hemorragia interna hubiera ocurrido hace 150 años, no estaría aquí. Las personas que donaron la sangre que me dieron no tenían ni idea de que iba a ser para mí, pero estoy muy agradecida.

Tuve una gran hemorragia interna que no se detenía

Soy una ávida excursionista y surfista y siempre había gozado de buena salud, pero hace aproximadamente un año tuve de repente unos dolores abdominales muy fuertes que no desaparecían. Después de cuatro horas llamé a mis padres, que son médicos, y me dijeron que fuera a urgencias.

Los médicos de la sala de urgencias (ER, por su sigla en inglés) pensaron al principio que era apendicitis, pero en cuanto me puse de pie para caminar, me desmayé, lo que hizo que pareciera otra cosa. Así que, me hicieron pruebas y descubrieron que tenía una gran hemorragia interna que no se detenía. Fue aterrador descubrirlo. Mi papá, que vivía en otra ciudad, reservó un vuelo para venir al hospital, ahí supe que no era una buena señal.

Sin las transfusiones de sangre, no estaría aquí

Estaba en un hospital pequeño, así que me hicieron transfusiones de sangre para estabilizarme lo suficiente como para trasladarme a un hospital más grande que tuviera capacidad para realizar la cirugía. ¡Pero mi cuerpo respondió tan bien a las transfusiones que al final ni siquiera necesité la cirugía!

Después de eso, me pregunté qué habría sucedido si se produjera una escasez de sangre. Ese pensamiento es simplemente desconcertante, ya que probablemente no estaría aquí si no fuera por esas transfusiones.

Sé que tengo que retribuir esto

Yo donaba sangre antes de que esto ocurriera, pero ahora dono regularmente para retribuirlo. Además, ver el impacto de primera mano me ha motivado a pedir a mis amigos que me acompañen y donen sangre. Quiero que todos los donantes sepan lo generosos que son. También quiero dar las gracias a todos los que donan sangre por elegir dedicar su tiempo a ayudar a otra persona, aunque no sepan quién será.